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¿Es el momento de hacer un rebranding? 5 señales claras para directores y gerentes de marketing

Como una popstar preparándose para una nueva era, las marcas necesitan evolucionar y mantenerse actualizadas para gestionar correctamente todos los aspectos de su comunicación. Una actualización de marca es una estrategia de marketing que puede ayudar a las empresas a mantenerse relevantes, captar clientes y seguidores, y seguir generando ruido. Una marca no es un ente aislado e inamovible en el tiempo: una marca está viva; necesita crecer y adaptarse a las nuevas realidades del negocio.

Pero en un mundo en el que las empresas crecen cada vez de manera más rápida es muy sencillo quedarse desfasados con un manual de marca que no representa la realidad del equipo y, cuando esto pasa, la mejor solución es hacer un rebrand.

¡El rebrand es tu amigo!

Un rebrand es una herramienta que los equipos de marketing pueden utilizar para renovar total o parcialmente una marca. Ha de ser coherente, y tiene que surgir de un estudio cuidadoso sobre las necesidades de la empresa. ¡Un rebrand no es únicamente cambiar el logo!

El rebranding debe buscar cambiar la opinión de los clientes, inversores e incluso la competencia sobre una empresa ya establecida. Esto puede incluir desde partes tan sencillas como el logotipo, sus adaptaciones, la tipografía… Hasta partes tan complejas como el tono de la comunicación, los valores de la empresa o incluso el nombre de la marca. Los consumidores ya no se comportan como hace 20 años y, según pasa el tiempo, surgen nuevas realidades que obligan a las marcas a mantenerse actualizadas: las redes sociales, las plataformas digitales, los nuevos formatos del marketing… Un rebrand puede ayudar a las compañías a integrar todos estos cambios, no solo a nivel visual sino de manera integral. Porque todo tiene que estar en sintonía.

¿Mi marca necesita actualizarse? ¿De verdad?

No existe un proceso científico que funcione en todos y cada uno de los casos y, aunque cada caso es un mundo, ¡aquí tenemos cinco señales de que tu marca necesita un rebrand!

Tu marca no destaca frente a la competencia y resulta poco reconocible

Con un mercado cada vez más saturado por nuevos negocios y estímulos, es complicado mantener una marca relevante.

Esto puede ser agravado cuando la competencia se mueve en sectores semejantes, resultando en que la marca pierda impacto y deje de ser reconocible para los clientes. En casos como este, realizar un rebrand puede ayudar a recuperar punch y volver a destacar por encima de las demás marcas.

Has perdido clientes y necesitas refrescar la imagen de la compañía

Aunque la pérdida de clientes no siempre va relacionada con haber hecho un mal trabajo, a veces la imagen de marca puede sufrir de una percepción negativa y en esta situación puede resultar esencial un cambio de estrategia de marca para recuperar la confianza con los clientes y mejorar las relaciones públicas. Esto puede implicar un cambio completo del manual de marca: logotipo, colores de marca, comunicación…

La marca ya no representa los valores y el trabajo del equipo

Una empresa, a lo largo de su vida, puede cambiar su enfoque por diversos motivos: fusiones, nuevas líneas de negocio, cambios de liderazgo… Si alguno de estos cambios no es coherente con la marca actual de la empresa, es necesario que la identidad refleje esta evolución. Las empresas evolucionan, y un rebrand puede servir a la necesidad de representar esta nueva realidad de la empresa. Además, una nueva imagen corporativa puede hacer que los trabajadores se sientan más acogidos y sientan más motivación por la sensación de pertenencia a un equipo puntero.

La empresa ha perdido cuota de mercado

Cuando una compañía lleva muchos años en la palestra es normal encontrar baches y enfrentarse a pérdidas: las ventas se estancan, las estrategias de marketing convencionales pueden no funcionar y, en estos casos, un rebrand puede ayudar a aumentar el interés por la marca. Una actualización de la imagen y la estrategia puede hacer ruido, llevando a ganar nuevos seguidores y clientes.

No atraes nuevos clientes

No hay que juzgar un libro por su portada, pero muchas veces una imagen desactualizada y una comunicación incorrecta puede llevar a que los clientes se decanten por la competencia. Un cambio integral de marca puede ayudar a conectar con un nuevo grupo demográfico o a expandir la compañía por nuevos mercados, puesto que una buena estrategia puede mejorar la percepción de los usuarios.

¡Nos encantan los casos de éxito!

Las marcas grandes no son ajenas a quedarse desactualizadas y necesitar un rebrand. Empresas como Starbucks, Dunkin’, Mailchimp o Instagram han realizado con éxito reposicionamiento de marca que les han ayudado a adaptarse a los tiempos y mantenerse relevantes. Hoy vamos a comentar dos ejemplos más, y explicar porqué funcionaron siendo tan diferentes el uno del otro:

McDonalds

En un mercado saturado de restaurantes de comida rápida, McDonalds quiso desmarcarse de su principal competencia (Burger King) y abandonó su tradicional combinación de colores rojo y amarillo para adoptar un tono verde mucho más apagado y natural. ¿El objetivo? Desmarcarse de la mala imagen que empezaba a tener la comida rápida, para dar la impresión de ser mucho más natural. Es un cambio de estrategia completo: incluye cambios en los restaurantes, publicidad, comunicación…

Atlético de Madrid

Cuando el escudo del Atlético de Madrid fue diseñado en 1947 no existían las redes sociales, ni los medios digitales, ni la necesidad de adaptar cada comunicación a tantísimos formatos. Estamos ante un caso claro de obsolescencia de la identidad, que no es capaz de adaptarse a la nueva realidad. Hacía falta una nueva identidad que fuese adaptable a todos los formatos en los que iba a estar presente: equipaciones de equipo, redes sociales, papelería, vídeos…

¡Pero hay que tener cuidado!

Aunque a priori parece un trabajo fácil, un buen rebrand se obtiene al entender las necesidades de la marca, después de meses de estudio y valorar distintas opciones. Algunos de los errores más comunes a la hora de realizar rebrands pueden ser:

Seguir modas a ciegas

Aunque seguir modas puede darnos mucha notoriedad al principio, en cuanto se pierda el interés nuestra relevancia va a caer igual de rápido que la moda. Es mejor buscar una imagen propia y atemporal.

No establecer unos objetivos claros

No se puede empezar la casa por el tejado, y no podemos llegar a un rediseño de la marca sin saber qué ha llevado a la compañía a la situación en la que está y cuál es el cambio de percepción sobre la marca que se quiere producir en los clientes.

Implementar los cambios de golpe

Un cambio de imagen repentino puede llevar a la confusión de los clientes y puede hacer que dejen de reconocer la marca. Es necesario presentar los cambios de manera escalonada, y haciendo al cliente partícipe en ello.

No analizar a tu público objetivo y a la competencia

Es necesario saber a quién se busca vender y a quién nos enfrentamos. Esta información puede ayudar a conocer mejor qué objetivo se quiere alcanzar, porque puede ayudar a entender porqué la competencia funciona o cómo puede desmarcarse la marca con el objetivo de destacar sobre otras compañías.

Gracias a este proceso, una puesta al día no solo mejora el posicionamiento de la marca, sino que un nuevo manual de marca puede ayudar a que la identidad tolere mejor el paso del tiempo y puede dar guías de cómo resolver nuevas realidades según vayan surgiendo.

Conclusión

En definitiva, una imagen vale más que 1000 palabras y una buena imagen de marca puede ser la diferencia entre ser buenos profesionales y que los demás sean capaces de percibirlo. Un rebrand no solo puede ayudar a una empresa que ha quedado desfasada a actualizarse, sino que puede volver a ponerla en el candelero.

¿Tu marca cumple cualquiera de estas señales? Ni te preocupes, En Valor de Ley tenemos todo lo que necesitas para que tu marca recupere el punch. ¿Hablamos?