Quality Raters de Google: más allá de su algoritmo
Aproximadamente más de 250.000 webs se crean cada día en todo el mundo. ¿Te imaginas la enorme cantidad de información que esto supone?
Google tiene una misión: ofrecerte las mejores webs para que puedas encontrar lo que buscas al momento. Parece fácil, pero es una tarea titánica. Para ello, está constantemente rastreando e indexando todo este contenido que se crea y se publica online.
Es lógico pensar que la labor de rastrear todas estas webs solo la pueden realizar máquinas, programas y algoritmos con una gran capacidad de procesamiento. Google emplea cantidades inmensas de dinero y energía para que sus rastreadores web analicen, filtren e indexen todos estos contenidos en sus resultados de búsqueda.
Pero, ¿qué ocurre si te dijera que parte de este enorme trabajo lo realizan también personas de carne y hueso? Como tú y como yo.
Por supuesto que el grueso de la tarea corre a cargo de los rastreadores web, pero hay casos en los que estos avanzados sistemas no son capaces de entender si los resultados que ofrece ante una búsqueda cualquiera son de calidad o no.
Es en este punto donde entran los Quality Raters, los héroes silenciosos que trabajan en la sombra para que la web correcta aparezca en el momento correcto cuando realizamos una búsqueda en Google.
¿Qué son los Quality Raters de Google?
Los “Quality Raters” de Google son un grupo de entre 10.000 y 100.000 personas de todo el mundo que se encargan de verificar la calidad de los resultados de búsqueda en base a una serie de pautas comunes.
La forma en la que trabajan es la siguiente:
- Realizan una búsqueda cualquiera.
- Se les presentan dos páginas con resultados de búsqueda distintos.
- En base a las costumbres y particularidades de sus países, eligen cuál de las dos páginas ofrece mejores resultados.
- Para ello, navegan por las webs y comprueban que ofrecen información veraz, profesional y de calidad (por eso el EAT de tu web es tan importante).
Gracias a estos datos, el algoritmo va mejorando y es capaz de adaptarse a los usos y costumbres de búsqueda de cada país e, incluso, cada comunidad dentro de este. ¡OJO! Los Quality Raters no tienen la capacidad de alterar el algoritmo de Google, simplemente le nutren con una gran cantidad de datos que a la larga le modificará.
Porque no es lo mismo buscar “football” en Reino Unido que en Estados Unidos. En el primer caso Google ofrecerá resultados de la Premier League inglesa, mientras que en el segundo dará información de la NFL, la liga de fútbol americano.
Lo mismo ocurre con la línea temporal. No es lo mismo buscar “iphone” en 2007 que ahora. En el primer caso hablaríamos de resultados referentes al iPhone 1. En la actualidad, del iPhone 13.
¿Y si buscas “apple”? La interpretación dominante es la famosa marca de móviles, antes que la fruta de la manzana.
Estos son ejemplos muy sencillos pero la tarea se complica, por ejemplo, con las fake news, las noticias de la pandemia por Covid o contenido relacionado con ideologías extremas, discursos de odio, drogas, profanidad…
Lo cierto es que el día a día de un Quality Rater no debe ser muy agradable. Ten en cuenta que, para que a ti no te salgan webs peligrosas con spam, contenido adulto, bélico o gore, antes las ha tenido que ver o catalogar uno de estos trabajadores. La mayor parte de este contenido lo filtra el propio algoritmo de Google pero cuando hay dudas son ellos quien eligen qué resultados mostrar y cuáles no. ¿Te imaginas enfrentarte a este tipo de contenido un lunes por la mañana?
El objetivo de Google es tan claro como complicado: satisfacer la intención de búsqueda de los usuarios. Y para ello no quieren fiarse únicamente de su algoritmo, por eso tienen contratados a miles de expertos en búsqueda para tú y yo encontremos a la primera aquello que estamos buscando en la web.
¿Quieres que los Quality Raters marquen tu web como una fuente fiable de calidad? Contacta con nosotros, nuestro equipo SEO estará encantado de ayudarte.
Entré en el marketing digital por accidente y me quedé por el SEO. Me encanta aprender, probar, fallar y volver a intentarlo. Mi día a día consiste en intentar gustar lo máximo posible a Google. Es difícil, a veces se hace el duro, pero tengo mis trucos
